El sector forestal ucraniano está llevando a cabo reformas de gran impacto y puede que entre en tiempos de paz por el buen camino y se convierta aún más ecológico y sostenible.
Padres, hermanos, hijos. Cientos de retratos colocados en capilla ardiente dentro de una iglesia local en Leópolis, Ucrania, dan testimonio de las atrocidades que se cometen a lo largo de la frontera oriental y meridional del segundo país más grande de Europa.
Fuera de la iglesia, en las calles adoquinadas del centro de Leópolis, hay muy pocas señales de los agresores rusos y de la destrucción masiva que han provocado en Ucrania: 14 millones de ucranianos han sido desplazados, y el coste de la recuperación asciende actualmente a 383 mil millones de euros, según el Banco Mundial.
A pesar de los retos de la guerra, el gobierno de Volodymyr Zelenskyy -y quienes ayudarán a pagar la enorme factura de la recuperación- esperan reconstruir una Ucrania mucho más ecológica y sostenible, en la que el acero y la energía fósil se sustituyan por gas renovable, tecnología limpia y bosques y agricultura gestionados de forma sostenible.
"El sueño de una nueva Ucrania, no sólo libre, democrática y europea, sino también justa, verde y próspera", comentó Ursula von der Leyen, Presidenta de la Comisión Europea, en un discurso pronunciado en la Conferencia sobre la Recuperación de Ucrania el verano pasado.
“No hay mal momento para una buena reforma”
En el sector forestal, la transición verde ya lleva algún tiempo en marcha:
De 2014 a 2019, Ucrania convirtió la impresionante cifra de 4.5 millones de hectáreas en bosques FSC gestionados de forma sostenible, muy por delante de Alemania (con 1.4 millones de hectáreas) y Francia (con 159,000 hectáreas). Y más recientemente, Zelenskyy lanzó el programa de forestación Green Country con el compromiso de plantar mil millones de árboles.
Sin embargo, los pasos más cruciales pueden ser las actuales reformas encaminadas a adaptar el sector forestal, principalmente estatal, a los estándares de la UE, haciéndolo así más eficiente, transparente y -quizá lo más importante- atractivo para los inversioniestas.
"No hay mal momento para una buena reforma", afirma Ihor Buksha, Jefe de División del Instituto de Bosques de Ucrania y auditor de Preferred by Nature.
Aunque las políticas del gobierno tienen buenas intenciones, Buksha afirma que el sector ya carece de recursos con los problemas añadidos creados por la guerra. Las autoridades ucranianas calculan los daños medioambientales actuales en USD 46 mil millones. Y tres millones de hectáreas de bosques potencialmente generadores de ingresos están afectados por la guerra:
"En las zonas orientales de Ucrania, el impacto es enorme. Especialmente los incendios en zonas contaminadas con explosivos son un problema porque no podemos entrar allí. Desminar estas zonas puede costar hasta USD 3 por metro cuadrado, así que puede imaginarse el costo", afirma Ihor Buksha.
Ihor sostiene un mapa emitido por el gobierno que muestra las zonas contaminadas y no accesibles marcadas en rojo y amarillo. Sin embargo, los mapas rara vez se actualizan, por lo que no son fiables, dice, mientras señala una zona roja en el centro de Leópolis, donde estamos reunidos.
"Con mapas digitales y SIG sería muy fácil seguir la pista de estas zonas, pero por desgracia no tenemos el software ni los especialistas informáticos necesarios. Seguimos utilizando DOS y mapas de papel. Es increíble", afirma Ihor Buksha.
Oportunidades sostenibles
Irónicamente, la guerra puede allanar el camino a nuevas fuentes de ingresos. Las sanciones contra Bielorrusia y Rusia han colocado al sector forestal y a la industria de transformación de la madera de Ucrania en una posición de mercado favorable. Antes de la guerra, ambos países eran los principales proveedores de productos de madera de la UE. Con la creciente demanda de productos de madera certificada, Ucrania tiene ahora el potencial de llenar el vacío dejado por sus dos vecinos.
"Es una buena situación. Ucrania tiene la oportunidad de mejorar la sostenibilidad y aumentar el valor económico de sus bosques y de la transformación de la madera. En general, las relaciones económicas con Rusia están cerradas, por lo que se están formando nuevas relaciones en la UE y otros mercados más sensibles al medio ambiente. Por ello, la demanda de madera procesada certificada ha aumentado considerablemente", afirma Ihor.
Como muchos de sus compatriotas ucranianos, Ihor Buksha espera que la transición a una Ucrania más ecológica, sostenible y pacífica sea pronto una realidad.
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