Con todos sus bosques certificados por el FSC, la Empresa Forestal Estatal de Lituania ha utilizado la certificación de Servicios Ecosistémicos para dar un paso más y convertir una gran zona forestal en un refugio para las águilas de cola blanca y otras especies raras y hábitats naturales de importancia.
En una parcela de bosque cercana a las costas del oeste de Lituania, las águilas de cola blanca vuelan libremente sin ser molestadas por la maquinaria forestal, el ruido del tráfico y otras actividades humanas.
Lituania lleva casi dos décadas a la vanguardia de la certificación forestal y, en la actualidad, casi el 100% de los bosques de propiedad estatal -aproximadamente 1,1 millones de hectáreas o la mitad de toda la cubierta forestal- cuenta con certificación de sostenibilidad.
Recientemente, la División Regional de Silute de la Empresa Forestal Estatal de Lituania decidió llevar los esfuerzos de sostenibilidad aún más lejos al incluir la Certificación de Servicios de los Ecosistemas en un área de 1200 hectáreas de bosque y humedal. El complejo, llamado bosque de Zalgiriai y situado en el delta del río Nemunas, cerca de la laguna de Curonia y el mar Báltico, es rico en biodiversidad y proporciona hábitats naturales a una amplia gama de especies raras, como el águila de cola blanca (Haliaeetus albicilla).
“Querían mostrar al público que están haciendo algo más que talar el bosque para ganar dinero: también están conservando el bosque y el bosque está aportando algo más madera,” comenta Justina Juliniatis, Director Forestal Senior y Gerente de País de Lituania de Preferred by Nature.
La Certificación de Servicios de los Ecosistemas está diseñada para ayudar a los gestores forestales a identificar y mostrar el impacto de su trabajo. Se trata de un largo camino, que implica cientos de horas de investigación, pero según Janulaitis, quien también es biólogo y ha dirigido el proceso de verificación, los esfuerzos han dado claramente sus frutos.
“¡Y los datos están allí para probarlo!”
¿Cómo lo hicieron?
Los servicios de los ecosistemas cubren cinco áreas diferentes: biodiversidad, carbono, agua, suelo y recreación. La División Regional de Silute optó por centrarse en la biodiversidad y en los dos impactos de Conservación de las Características Naturales de los Bosques y Conservación de la Biodiversidad de las Especies.
El primer paso en el proceso fue desarrollar la Teoría de Cambio y crear una línea base para que cada progreso pueda ser trazado a lo largo del tiempo.
“Básicamente, miraron hacia atrás en el tiempo y recopilaron todos los datos disponibles sobre la zona desde hace más de diez años. Estos datos se utilizaron para crear una línea de base que pudiera utilizarse para medir el impacto", agregó Justinas Janulaitis
Los datos se recopilaron a partir de múltiples fuentes, como bases de datos públicas y regionales, informes científicos e imágenes de satélite.
“Con estos datos pueden mostrar, por ejemplo, cómo evoluciona la población de la especie de águila de cola blanca en la zona y cómo cambian sus hábitats a lo largo del tiempo", dijo Justinas Janulaitis.
Mientras que la mayoría de las principales ecoetiquetas se esfuerzan por encontrar formas de documentar el impacto de sus normas, el Servicio Ecosistémico del FSC hace exactamente eso.
“Año tras año, los gestores forestales tendrán que medir detalladamente los resultados de sus esfuerzos de conservación y gestión, respaldados por datos cualitativos y cuantitativos. Y el impacto será verificado por un organismo independiente. Ahora podrán demostrar que están haciendo mucho más que talar madera", agrega Justinas Janulaitis
Gracias a la certificación de Servicios Ecosistémicos, la División Regional de Silute cuenta ahora con impactos verificados que demuestran que están contribuyendo a las necesidades de la sociedad, así como a los objetivos de mantenimiento de la biodiversidad - y el águila de cola blanca tiene un lugar seguro para volar.
Puede conocer más sobre los Servicios Ecosistémicos aquí aquí.
Fotografías cortesía de Loreta Skirbutienė